El día de ayer, domingo, se realizaron las primeras elecciones presidenciales en las que voté. Me levanté a las 11:30. Lo primero que me dijo mi padre fue: “Anda a votar rápido”, a lo que respondí “espera”. Entre un rato a la PC donde vi algunas noticias, entre al facebook y luego mi hermano me dijo que vayamos de una vez. Las elecciones anteriores fuimos a votar en bicicleta, así que esta vez decidimos hacerlo nuevamente. No porque no podamos ir solos, si hubiese sido por mí, hubiese ido luego del almuerzo (fui a votar sin desayunar), es porque mientras uno vota, el otro cuida la bicicleta del otro. Salimos de la casa, él tiene una bicicleta muy buena, le gusta el deporte, yo no tengo bicicleta pero cogí una que está en mi casa desde hace un año. No sé de quién es, pero es pésima, avanza muy lento, las llantas estaban un poco desinfladas y el asiento estaba muy bajo.
Al salir yo avanzaba muy lento, él muy rápido. Había demasiada gente en las calles, mucho tráfico, muchos viejitos, mucho todo. Antes de llegar al colegio donde él votaba, me perdí. Se fue tan rápido que no lo alcance, antes de perderme chanque con la parte trasera de mi nave a un viejito, me dijo puta madre y yo le dije “disculpe, no lo vi”. Lo encontré y lo esperé en un parque mientras cuidaba las dos bicicletas. Votó rapidísimo.
Fuimos al sitio donde votaba yo, la universidad San Juan Bautista, queda en la avenida Javier Prado con San Luis.
Llegamos, me espero a unas dos cuadras y fui a hacer mi cola. A simple vista parecía ser un poco larga; media cuadra. Al voltear la cuadra noté que la cola seguía, media cuadra más, luego seguí con el recorrido y noté que la cola era inmensa, hasta tenía curva. Era demasiado larga. Finalmente hice mi cola, duro aproximadamente 30 minutos. Me comí dos helados durante el lapso, entré y voté rápidamente. Me fui a mi casa.
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