Para la creación de esta obra ocurre un hecho muy peculiar entre el escritor, Trumman Capote, y los protagonistas, cuyo rol en la novela no fue heroico, ni mucho menos bondadoso.
Él realiza la novela basándose en hechos reales, sacados de un asesinato real, que ocurrió en un pueblecito de Kansas. Inmediatamente luego de leer la noticia Trumman Capote siente un interés muy grande por relatar los hechos de este crimen y traducirlos en una novela.
Este interés lo lleva a viajar hasta el lugar de los hechos e indagar acerca del crimen, lo cual despierta un gran interés en él acerca de este suceso, ya que Trumman, evidentemente era una persona muy analítica y altruista.
Cada vez se introduce más en el caso y hay un punto de quiebre, durante la construcción de esta obra: Atrapan a los asesinos del crimen y el supuesto narrador del crimen, se hace amigo de los criminales. En otras palabras, Trumman Capote conoce a los asesinos y entabla una amistad, poco convencional, con ellos.
Durante la etapa de relación que entabla el escritor con los dos criminales de la obra los llega a conocer muy bien, inclusive afirma él, “los conocía tan bien como me conozco a mí mismo”. Y se envuelve en el mundo de los acusados. Es una historia muy profunda ya que en ella uno es capaz de meditar y ponerse en el lugar del “supuesto malo de la novela” y comprender que le ha tocado vivir una situación muy complicada y penosa.
Todo esto lleva a que Trumman Capote postergue la novela durante 6 años, ya que se había hecho muy amigo de los asesinos de su historia y se sentía muy comprometido con ellos.
Esta obra lleva a todos los lectores a reflexionar acerca de lo que hay detrás de un crimen o suceso malo. Siempre existe el otro lado, el cual, casi siempre, nadie presta atención y puede llevar a ser muy complejo y profundo. Detrás de todo asesino siempre hay una historia muy triste que le toco vivir, historia que es ignorada por todos nosotros, y probablemente nunca será tomada en cuenta durante su sentencia.
